31 de enero de 2019

Ópera en el cine: La traviata ROH 2018/19

La traviata - ROH 2018/19

Esta ópera fue retransmitida en directo desde la Royal Opera House de Londres y ofrecida por Versión Digital para España en más de 140 salas de cine, a las 19:45, hora española, ayer 30 de enero de 2019. Como ya he comentado alguna vez, estas retransmisiones en directo nos brindan la posibilidad de asistir a funciones de primer nivel de una forma cómoda y, a mi juicio, económica. El precio de la entrada, que puede estar sujeto a variación según la cadena de cines, ronda los 17€. En principio, superior al visionado de una película pero irrisorio si se tiene en cuenta el despliegue que requiere el espectáculo a presenciar. Si además la función está a la altura de la de ayer, bendeciremos cada euro invertido en el evento.

Tengo que agradecer al departamento de comunicación de Versión Digital la puesta a mi disposición de varias entradas para invitar a seguidores y amigos del blog a través de las redes sociales. En lo sucesivo, y a través de los canales habituales de Facebook y Twitter, seguiré informado de la forma de acceder a dichas invitaciones cuando estén disponibles.

La traviata, siempre será la traviata. Con esta obviedad, quiero ilustrar que, a diferencia del título menos conocido sobre el que escribí la semana pasada, La dama de picas, esta ópera de Verdi a nadie le es ajena. Al que no es aficionado, como poco, le sonará su archiconocido brindis Libiamo ne’ lieti calici, o las lágrimas y otros efluvios derramados por Julia Roberts en la película Pretty Woman. A los que sí lo somos, y la hemos visto y oído en numerosas ocasiones, siempre nos seduce la idea de volver a disfrutarla. En cada ocasión hay algún matiz o prisma distinto desde el que mirar, pero creedme si digo que ayer pudo verse una función de las que dejan huella. A continuación os desvelo el porqué.

La producción, como ya se adelantó en la preparación previa, estuvo dirigida por el británico Richard Eyre. Se trata de una propuesta de corte clásico que podríamos casi catalogar como histórica y es que desde su estreno en 1994 dirigida por Sir Georg Solti y protagonizada por Angela Gheorghiu, cuenta con 25 años a su espalda y multitud de representaciones. Incluso existe una grabación comercializada en DVD y Blu-ray con Renée Fleming, Joseph Calleja y Thomas Hampson que puede adquirirse vía Amazon aquí.

Con unos detalles de escenografía y vestuario muy cuidados podemos destacar en el primer acto el contraste que ofrece el salón de baile circular, muy concurrido en las escenas corales, e introspectivo en la soledad de Violetta. No ha corrido la misma suerte del paso digno de los años, la foto de la cortesana proyectada al comienzo sobre el telón mientras sonaba la obertura. Dibujó una atmósfera sórdida a la par que inquietante, poco representativa de lo que estaba por venir. En cambio, sí estuvieron en la línea de acierto del primer acto: la casa de campo a medio amueblar, como símbolo la vida que comenzaban juntos Alfredo y Violetta, la fiesta profusa de su amiga Flora, con sus gitanas y toreros, y la habitación de Violetta donde cantar los bellos recuerdos en su Addio del passato.

En líneas generales, esta producción, hará las delicias de cualquier aficionado amante de las propuestas fieles al libreto, que me consta que son muchos. Otros, entre los que me incluyo, aun disfrutando de las producciones más tradicionales, encajamos de buen grado cuando algún director de escena decide explorar, con coherencia y honestidad, aspectos nunca antes abordados en la obra, aportando un valor añadido al conjunto. Sobre este asunto me extendí en una entrada anterior titulada Cómo hemos cambiado: la evolución de la ópera.

En cuanto al reparto, la sola presencia en cartel de la soprano albanesa Ermonela Jaho, ya es sinónimo de éxito y anoche lo volvió a demostrar. A pesar de mi ya confesada debilidad, los adjetivos y elogios se quedan cortos ante su derroche de talento y entrega sobre el escenario. Lo que principalmente la caracteriza es su implicación a todos los niveles con el rol que le toque interpretar. Pero que esta seña de identidad no sirva para desviar la atención de su calidad vocal, que goza de un fraseo privilegiado y un pianísimo sobrecogedor. Su Violetta evolucionó como Verdi había diseñado, y como pocas sopranos son capaces de resolver, desde la ingenua jovialidad hasta el dramatismo más desgarrador. He tenido la suerte de verla cantar en directo y es impresionante ver como al final de la obra durante los aplausos aún sigue sobrecogida. El otro atractivo del reparto era el tenor, ahora en papeles de barítono, Plácido Domingo. Juzgarle en lo vocal creo que está fuera de lugar, pues con 78 años todo rol que interprete tiene un mérito descomunal. Aun así, como Georgio Germont dejó frases de bella factura y muestras de la maestría que atesora sobre el escenario. Las ovaciones que cosecha son más a la leyenda que ha sido, es y representa, que a su acierto en la función de turno. Hay que ir a verle porque no sabemos cuándo será su última vez. El tercer protagonista, del que no tenía referencias pero me dejó buenas sensaciones al final, fue el tenor norteamericano Charles Castronovo. Su Alfredo empezó con muchas dudas en el primer acto pero resolvió con suficiencia desde el segundo en adelante. Destacó su compenetración con la soprano y, aunque no estuvo a su excelso nivel, ambos nos regalaron momentos de extraordinaria belleza. Del resto del reparto mencionar a las mezzosopranos, por un lado la rusa Aigul Akhmetshina como Flora, con potencia vocal pero un timbre no muy agradable, y por otro la australiana Catherine Carby siendo una Annina madura pero solvente. Lujo mayúsculo en otros comprimarios, a saber, Simon Shibambu en el papel de Doctor Grenvil, Thomas Atkins en el de Gastone y Jeremy White como Marqués D’Obigny.

El coro del ROH, empezó algo descuadrado, circunstancia quizás imputable al debut del director al volante de este Ferrari que en el segundo acto galopó como nos tiene acostumbrados.

La dirección de la orquesta a cargo de Antonello Manacorda que, como he comentado, debutaba en Londres tuvo algún momento de debilidad que nos hizo añorar al referente del teatro Antonio Pappano. A pesar de esto, en líneas generales contribuyó con su dirección a confort de los cantantes, sobre todo atendiendo a las necesidades de Plácido Domingo, y puso su granito de arena para cerrar una noche fabulosa.

En definitiva, esta Traviata fue del todo disfrutable. Ermonela Jaho que, según reveló en la entrevista, ha cantado el rol unas doscientas veces, nos regaló otra actuación memorable que permanecerá grabada a fuego en la memoria de los presentes por mucho tiempo. Ya sea como Madama Butterfly, como Sour Angelica o como Violetta Valéry, no se cansa de nacer y morir y nosotros de hacerlo con ella. ¡Brava!


LA TRAVIATA de Giuseppe Verdi

Violeta Válery
Ermonela Jaho
Alfredo Germont
Charles Castronovo
Giorgio Germont
Plácido Domingo
Flora Berboix
Aigul Akhmetshina
Annina
Catherine Carby
Gastone
Thomas Atkins

Director
Antonello Manacorda
Director de escena
Richard Eyre
Diseño
Bob Crowley
IluminaciónJean Kalman

Royal Opera House, Londres, 30 de enero de 2019

5 comentarios:

  1. Coincido plenamente. La Traviata de anoche me dejó huella. ¡Un saludo!

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    1. Gracias. Me alegro de que coincidamos en nuestras impresiones.

      Saludos.

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  2. Con todos los respetos que merece por su inigualable carrera y su gran saber estar en en el escenario, Plácido Domingo no es un barítono y eso se nota mucho. Además en algunos pasajes se le vio especialmente fatigado.
    Ermonela, como bien dices, se implica en todos sus papeles y su tercer acto de ayer fue impresionante. Cada vez que me pongo el DVD de Sour Angelica del ROH, su interpretación me produce una fuerte emoción.
    Un saludo.

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  3. Recondita armonía3 de febrero de 2019, 13:35

    Totalmente de acuerdo, pero como bien dice Pepe, Plácido Domingo no es un barítono y esta obra las areas y duetos del barítono requiere un verdadero barítono verdiano

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    1. Efectivamente como comentáis, por un lado Plácido Domingo no tiene cualidades vocales para cantar como barítono y, por otro, actualmente está tan "gastado" que no puede defender globalmente con solvencia ningún rol.
      Por supuesto que dejará alguna frase de bella factura en sus actuaciones y su experiencia sobre el escenario compensará en parte sus carencias vocales, pero siendo serios, debería haberse retirado hace algún tiempo.
      Eso no quita que el público que va a verlo, aplauda hasta la extenuación al mito que representa.

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