17 de febrero de 2017

Ópera en el cine: Così fan tutte Opéra Paris 2016/17

Così fan tutte - Opéra de Paris 2016/17

Esta ópera fue retransmitida en directo desde la Opéra National de Paris por Rising Alternative para diferentes salas de cines en los cinco continentes, a las 19:15, hora española, ayer 16 de febrero de 2017. El precio de la entrada fue de 17€ para la venta anticipada y de 19€ en taquilla.

Que Così fan tutte es una ópera única y especial, está claro. Ese verso suelto en la trilogía de tándem productivo Mozart-Da Ponte. Se trata de una obra no exenta de polémica por su temática controvertida, que los que acostumbran a quedarse en lo superficial y no profundizar hasta la esencia de las cosas, la acusan de no dejar en buen lugar a la mujer. Sin embargo, está considerada con total justicia una de las obras maestras del compositor salzburgués. Una ópera camaleónica como ninguna y geométricamente perfecta que hace las delicias de cualquier director de escena que se atreva a reinterpretar este drama jocoso de Mozart. Vamos con la función de ayer.

La producción, como ya se adelantó en la preparación previa, estuvo dirigida por Anne Teresa De Keersmaeker. Su trabajo como bailarina y coreógrafa se hizo notar y de qué manera. Los bailarines, seis, uno por cada cantante, fueron coprotagonistas en todo momento, en ese juego de dobles que pretendía aportar nuevos matices al discurso narrativo. ¿Funcionó? Digamos que la apuesta, muy personal y original de la directora de escena, fue de menos a más. Era necesario conocer a fondo la obra para sacarle el jugo a esa interpretación corporal de la ópera, si no, era fácil caer en la confusión y en el caos de ver las idas y venidas de los bailarines mientras los cantantes estaban a lo suyo. A mí, personalmente, me gustó la idea. Hemos visto ya muchos Così fan tutte con albaneses, largos bigotes, profusos vestuarios, etc. Siempre es bienvenida una propuesta novedosa, coherente y que funcione. Esta, sin duda, es una ópera que se presta a casi todo.

La escenografía, a cargo de Jan Versweyveld, no tiene mucho que contar. Un hangar pintado de blanco, unos paneles transparentes colgados del techo, figuras geométricas pintadas en el suelo y espacio, mucho espacio para correr, saltar, rodar y todo lo que se les ocurrió, tanto a bailarines como a cantantes. Los juegos de luces recrearon distintos ambientes en varias fases de la función. Nada de cambios de decorado o escena, por no haber, no hubo ni medallón, ni colgante en forma de corazón, ni moneda de oro, ni acta notarial, ni frasco de veneno, bueno, frasco de veneno si hubo, pero todo lo demás fue figurado. Como convención está bien, la imaginación al poder, pero tanta suposición podía despistar a los que se acercaban por primera vez a la obra. Dries Van Noten, encargado del vestuario, tuvo el doble de trabajo, vestir a los seis cantantes y los seis bailarines, además del coro. Ropa sencilla y colores básicos, algunos tacones y muchas zapatillas de deporte. Ante todo comodidad para lo que tenían por delante.

Para terminar con los comentarios sobre la propuesta de esta producción, me gustaría destacar la exigencia física para los cantantes, la de los bailarines se da por supuesta, pero es muy meritorio cantar en determinadas situaciones a las que se vio sometido todo el reparto.

Ya que se ha mencionado el reparto, vamos con él. En la preparación de esta función ya comenté que se trataba de un reparto muy joven, en el que, sinceramente, tenía poca fe. Presuponía entusiasmo pero poco nivel. Pues la sorpresa de la noche fue que eran jóvenes y sobradamente preparados. No solo entusiasmo, sino compromiso con la dirección de escena, complicidad entre ellos y talento vocal, mucho talento. Los seis cantantes estuvieron a un gran nivel poniendo el listón a la altura de los grandes nombres que llenan teatros. La mezzosoprano italoamericana Ginger Costa-Jackson sensacional como Despina, en un papel con unos requisitos interpretativos que bordó. Philippe Sly como Guglielmo, hizo gala de una estupenda voz, redonda y con proyección, también muy comprometido con la interpretación. El tenor Frédéric Antoun, también canadiense, demostró grandes cualidades vocales pero estuvo más tenso en la interpretación y demasiado pendiente de las indicaciones del director. Precisa la soprano Jacquelyn Wagner defendiendo una Fiordiligi con las arias más exigentes de la partitura. La Dorabella de la mezzosoprano Michèle Losier estuvo bien vocalmente y mostró gran complicidad con su compañera de reparto y hermana en la obra, aunque su aria È amore un ladroncello, me dejó un poco frío. Paulo Szot, el barítono brasileño, a priori era el más conocido del reparto y su Don Alfonso cumplió con las expectativas completando un elenco muy prometedor.

El coro de la Opéra de Paris cumplió con las exigencias aunque en esta obra las intervenciones son reducidas. Aún así, dejaron constancia de que son el coro de un gran teatro como el Palais Garnier.

La dirección de la orquesta a cargo de Philippe Jordan fue grandiosa. Quizás demasiado grandilocuente para ser Mozart pero exhibió poderío y músculo que me resultaron agradables. Como curiosidad y gracias a la realización y a que los cantantes estuvieron situados próximos al borde del escenario, en varios planos, se le pudo ver dirigir, cosa que es poco habitual en las retransmisiones en el cine pero que contribuyen a imaginar que estamos en el mismísimo teatro.

En definitiva, la propuesta original de incorporar la danza a la obra aportó ideas nuevas, aunque no ayudó al desarrollo del hilo argumental. Los cantantes estuvieron a un nivel magnífico, pese a su juventud y corta trayectoria. Deja muy buen sabor de boca saber que el futuro con ellos está asegurado.

COSÌ FAN TUTTE de Wolfgang Amadeus Mozart

Fiordiligi
Jacquelyn Wagner
Dorabella
Michèle Losier
Despina
Ginger Costa-Jackson
Ferrando
Frédéric Antoun
Guglielmo
Philippe Sly
Don Alfonso
Paulo Szot

Director
Philippe Jordan
Director de escena
Anne T. Der Keersmaeker
Escenografía
Jan Versweyveld
Diseño de vestuario
Dries Van Noten

Opéra National de Paris, París, 16 de febrero de 2017

3 comentarios:

  1. H
    A qué se debe la apelación "grandilocuente" en la conducción de philippe Jordan?

    Tuve la ocasión de verlo en directo hace dos años en un Proms, dirigiendo a Thibaudet con el concierto en sol de Ravel, me pareció ágil, cometido en los matices, fluido especialmente en el adagio assai del segundo mov. que en gran parte de las ocasiones se tiende tocarse en un "larghetto" pastoso, en decrimento de una melodia que suena cantabile por el propio pulso armonico.

    Entiendo que en Mozart, debiera ocurrir lo mismo mas en un grama giocosso, donde el propio diseño textural de la línea de acompañamiento con tanto arpegio etc, debería empujar a los cantantes en un fraseo contenido y ligero. No me podría imaginar un "soave il vento" que se recreara en cada resolución de frases. Hay que entender lo canónico y equilibrado de la forma musical desde la escucha a través de un "stesso tempo" y no tanto rubato, en una obra tan "porcelonosa" como esta.

    Desde el sillón relax.

    A. Bernal

    ResponderEliminar
  2. Grandilocuente entendido como elevado o exagerado, teniendo en cuenta que las óperas de Mozart podrían llevarse a cabo con una orquesta menos nutrida. Sin olvidar la sutileza, sencillez y limpieza en la línea musical de Mozart. La desnudez de las voces. A pesar de esto, como digo en la crítica, la dirección de Philippe Jordan me resultó agradable.

    ResponderEliminar
  3. Buena reseña que permite hacernos una idea de la velada. Otra cosa son las impresiones obtenidas, que hay tantas como asistentes a la función.

    Así que si Ángel sostiene que la labor de Jordan le pareció afectada por momentos, hay que respetar dicha opinión porque es la suya, tan subjetiva y acertada o falible como la de que cualquiera; además no seré yo quien le contradiga cuando la realidad es que no vi la retransmisión.

    Ahora mismo estoy escuchando la grabación del COSI dirigida por René Jacobs, que muchos encontrarán atropellada y falta de musicalidad y que a mí, sin embargo, me parece fulgurante y deliciosamente teatral.

    Lo dicho: que en el arte, como en la vida, hay tantas opiniones como personas.

    Saludos cordiales a ambos.
    A.


    __
    PD: A propósito, estimado Alberto, cuánta genialidad y hermosura hay en el Concierto en Sol de Ravel que citas (lo mismo podría decirse del escrito para la mano izquierda). Para que veas lo subjetivas que son las opiniones, entre las muchas grabaciones que atesoro en mi discoteca ahora mismo me quedaría con la de Aldo Ciccolini y Jean Martinon. Pero si en unos días volviese escucharlas todas, posiblemente mi elección fuese otra.

    ResponderEliminar