31 de marzo de 2017

Ópera en el cine: Madama Butterfly ROH 2016/17

Madama Butterfly - ROH 2016/17

Esta ópera fue retransmitida en directo desde el Royal Opera House de Londres por Versión Digital para España y proyectada en diferentes salas de cine (Cinesur, Cinesa, Kinépolis, Ocine, etc.), a las 20:15, hora española, ayer 30 de marzo de 2017. El precio de la entrada, que puede estar sujeto a variación según la cadena de cines, en mi caso fue de 19€ en Cinesur, que además tuvo la cortesía de ofrecer un ambigú en el intermedio para todos los asistentes.

Como dato relevante sobre el alcance de estas retransmisiones en directo, destacar que la ópera fue proyectada en 1030 salas de cine de 29 países y en 9 idiomas diferentes.

La sutileza desgarradora de Madama Butterfly la convierte en una ópera capaz de conmoverte en lo más profundo. Nadie queda indiferente ante el dolor de esa madre y su sufrimiento acumulado a lo largo de toda la obra que culmina con el fatal desenlace que, como poco, te hace sentir un nudo en la garganta. Puccini lo logró una vez más dejándonos esta obra maestra. Vamos a analizar la función de ayer.

La producción, como ya se adelantó en la preparación previa, estuvo dirigida por la dupla formada por el belga Moshe Leiser y el francés Patrice Caurier. Este tándem trabaja siempre junto desde 1982 y además lo hacen con el mismo equipo de colaboradores. La propuesta fue de corte clásico y minimalista. Hay que reconocer que ésta es una ópera que se presta poco a la fantasía por contar con pocos ambientes a recrear, ya que prácticamente toda la acción transcurre en el mismo lugar. Aún así, la idea de enmarcar todo en una única estancia resultó un poco monótona. Solo los cambios de luces y el juego de persianas daban algo de dinamismo al entorno. Los directores decidieron, por tanto, centrar la atención en los protagonistas y sus interacciones.

La escenografía, a cargo de Christian Fenouillat, además de lo referido anteriormente, contó con los elementos de obligada presencia, a saber, documentos nupciales, mesa de té, la carta de Pinkerton, una estatua de la libertad en miniatura a modo de guiño, la banderita americana y, por supuesto, el cuchillo con el que se pone fin al drama, poco más. Cabe destacar, en el plano negativo, el ruido inadmisible que hacían las persianas al bajar y subir automáticamente. Como positivo, que la monotonía escénica la rompió el momento de la entrada del tío Bonzo y la composición final, muy efectista con la caída de las flores del cerezo sobre el cuerpo yacente de Butterfly, aunque sus aleteos agonizantes restaron dramatismo a la muerte. El vestuario de Agostino Cavalca, fantástico. Sobre todo en los personajes japoneses, además de sus kimonos, la caracterización de todos ellos fue la nota de color que, a mi juicio, salvó la propuesta escénica.

En líneas generales, esta producción que nació en 2003 y está ante su quinta reposición, se la juega todo a la carta de la interpretación de los personajes. Necesita monstruos escénicos para dar vida a ese escenario tan hierático. En esta ocasión, hubo uno y descomunal llamado Ermonela Jaho.

Ya que la hemos citado, empezaré analizando el reparto por la soprano albanesa Ermonela Jaho. Todos los elogios son pocos para la que fue la piedra angular sobre la que se cimentó la producción. Aunque en el personaje de Madama Butterfly recae el peso de la obra, defenderlo como lo hizo Ermonela Jaho, engrandece una producción que no pasaría de discreta. En el apartado físico resultó muy creíble, no hablo de raza o color de la piel, sino de edad y complexión. Es cierto que se trata de interpretar a una joven de 15 años y cumplir este requisito se antoja complicado pero, con la excepción de los primeros planos y gracias a una dosis adecuada de maquillaje y caracterización, la soprano construyó una Madama Butterfly muy convincente. Vocalmente estuvo excelsa. Alternó sutileza y bravura conforme lo requería la partitura e hizo gala de un talento innato para la interpretación. Impactantes fueron sus lágrimas confirmando que presenciar una actuación suya es sinónimo de compromiso y calidad. La otra cara de la moneda fue el tenor argentino Marcelo Puente que, en mi opinión, no estuvo vocalmente al nivel. Le daré otra oportunidad para comprobar si es falta de talento o problemas con este rol de Pinkerton, temiendo que sea lo primero. Con problemas para colocar la voz, una vez lo ha hecho proyecta con potencia, pero parece andar siempre en la cuerda floja. Mejoró levemente al final y solo me convenció cuando cantó en conjunto, como en el último trío. Scott Hendricks, barítono americano, en el personaje de Sharpless tampoco tuvo una actuación destacada. Las muecas de las que se valía pusieron de manifiesto que no cuenta con una voz natural y rotunda. Elizabeth DeShong, como Suzuki, estuvo genial. La mezzosoprano americana, como ya ha demostrado en otras obras, tiene nivel para cantar papeles más relevantes y fue un lujo contar con ella en este reparto. También me gustó mucho el Goro del tenor italiano Carlo Bosi, destacando en todas sus intervenciones con una vocalización clara y emisión precisa. Por último, destacar de entre los secundarios a Yuriy Yurchuk como el Príncipe Yamadori.

El coro del ROH me dejó muchas dudas en la escena de la boda. Bien en la entrada de Butterfly y sublime en el famoso a bocca chiusa. No tenían una obra para exhibirse pero cumplieron con las exigencias.

La dirección de la orquesta a cargo de Antonio Pappano tuvo algunos altibajos que me causaron extrañeza por el alto concepto que tengo de él como director. La obertura un tanto atropellada siguió con un tempo extenuante nada propio de la obra que teníamos entre manos. Conforme fue avanzando, la cosa se hizo más reposada y más agradable de saborear. Antonio Pappano destaca por su capacidad de sinergizar y colaborar con los cantantes. Su comunión con la soprano Ermonela Jaho fue total pero no tanto con Marcelo Puente y Scott Hendricks a los que atronó con la orquesta en sus primeras intervenciones. El momento cumbre lo alcanzó al comienzo del tercer acto, con el interludio orquestal, que dirigió de forma magistral.

En definitiva, una ópera es un espectáculo tan completo que, si cualquiera de los múltiples elementos que lo componen destaca, bien puede merecer la pena una función completa. En la Madama Butterfly de ayer, como se preveía, la monumental actuación de la soprano Ermonela Jaho lo eclipsó todo, convirtiendo una propuesta discreta en una función memorable.

MADAMA BUTTERFLY de Giacomo Puccini

Cio-Cio-San, Madama Butterfly
Ermonela Jaho
Benjamin Franklin Pinkerton
Marcelo Puente
Sharpless
Scott Hendricks
Suzuki
Elizabeth DeShong
Goro
Carlo Bosi
Príncipe Yamadori
Yuriy Yurchuk
El tío Bonzo
Jeremy White

Director
Antonio Pappano
Director de escena
Moshe Leiser y Patrice Caurier
Escenografía
Christian Fenouillat
Diseño de vestuario
Agostino Cavalca

Royal Opera House, Londres, 30 de marzo de 2017

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por la reseña, Ángel.

    Lo del compromiso de la Jaho no me extraña en absoluto. La emoción torrencial con que suele abordar sus interpretaciones dejan en un segundo plano algunas emisiones feas en el plano vocal; salvando las distancias, le sucede como a la gran Maria Callas: su musicalidad y entrega hacían olvidar completamente la "singularidad" de su voz.

    Y lo de las urgencias de Pappano tampoco me sorprende; como a mí, a él "Madama Butterfly" debe parecerle una ópera desigual, que aúna momentos sublimes con otros argumental y musicalmente débiles y/o sobredimensionados con lo que se aleja de la magistral unidad de "Tosca" o "La boheme", por citar tan sólo dos ejemplos.

    De toda formas, me alegra saber que disfrutaste de otra velada operística.

    Saludos cordiales.
    A.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, se agradece todo atisbo de actividad.

      Está más que confirmado que la sola presencia de Ermonela Jaho en un reparto justifica el pago de la entrada. Respecto a las dos obras que citas de Puccini, sí, quizás estén por delante en cuanto a calidad global.

      Saludos y a preparar la siguiente.

      Eliminar
  2. Gracias por la crítica Ángel, he disfrutado mucho leyéndola. Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carlos, no sabes lo que me alegra oír eso. Saludos y espero verte la semana que viene.

      Eliminar